El monopolio natural hundido por la ciencia y la campaña publicitaria más larga de la historia
💣El imperio inca contaba en su territorio con nitratos en abundancia, un producto de origen natural que, aplicado al suelo, aportaba numerosos beneficios a las plantas. Los conquistadores españoles, en su llegada al territorio, se dieron cuenta de que además de las ventajas agrícolas, también eran un potente explosivo, muy útil para las voladuras en las minas de plata que estaban abriendo en la zona. Era tan poderoso que el rey Felipe II llegó a regular su uso.🧂Durante el resto de época colonial fue una industria que siguió expandiéndose, pero no sería hasta principios del siglo XIX que el nitrato, o salitre, empezó a exportarse en grandes cantidades. En una época en los que las guerras y revoluciones se suceden, empieza a ganar gran importancia su uso explosivo. De hecho, es entonces cuando se construyen las primeras oficinas salitreras de la región, para proveer a la fábrica de pólvora de Lima. 🚢También se inician las exportaciones, tanto a Europa como a Estados Unidos. Era un producto aún tan desconocido que, de hecho, cuando el primer barco salitrero llegó a Inglaterra allá por 1820, no encontraron ningún comprador interesado en aquello que pensaban que era simple tierra, así que acabaron tirando la carga al mar. Pero pronto se convirtió en un negocio muy rentable, y las oficinas de explotación, como se conocía a los centros de explotación ubicados en medio del desierto, no paraban de crecer y expandirse. Tras aquel primer viaje tan accidentado, para 1859, Inglaterra ya consumía unas 47.000 toneladas de salitre, convirtiéndose en el principal cliente europeo.