Caso Pelicot: el día en el que la vergüenza cambió de bando en una sentencia para la historia
Cuando descuelga el teléfono, Cristina Almeida (Badajoz, 24 de julio de 1944) despliega una energía desbordante y un espíritu de lucha intacto. La abogada ya ha consultado en la prensa francesa y española la sentencia a Dominique Pelicot. Se ha enterado de la noticia durante el desayuno tardío del jueves en su casa. “Cuanto antes hablemos, mejor”. Sabe que al acusado le han caído 20 años de prisión, la pena máxima en el país vecino por violar, drogar y grabar a su mujer.El Tribunal de Aviñón declaró a los 51 acusados culpables de violaciones y agresiones, aunque en algunos casos rebajó el nivel de penas respecto a los cargos solicitados por la Fiscalía. Después de una dolencia de espalda, una operación complicada en el Ramón y Cajal y un tiempo de recuperación en la Fundación San José, la presidenta del El Club de las 25, colectivo pionero en la lucha feminista en nuestro país, pasará las Navidades en su casa. Pondera el trabajo de los profesionales de la Seguridad Social y valora el tiempo como nunca, también para el caso que nos atañe. “Veinte años parece poco, pero no nos importa tanto el castigo como el hecho de que se paralice este tipo de conducta”, aclara. “La enseñanza de la sentencia debe ser que la vergüenza cambie de bando, que la vergüenza deje de ser femenina”, explica. Gisèle Pélicot, “ha removido la conciencia de todo el mundo y que esto lo hayan visto los tribunales es un logro, porque hasta ahora muchos hacían a puerta cerrada los juicios para que no se sintiera perjudicada la víctima”, apunta. Hasta ahora las víctimas tenían miedo a la publicidad, “ahora se ha demostrado que la publicidad puede defender a la víctima”.Para Cristina Almeida, Gisèle Pélicot “ha sido un símbolo de valentía”, es un caso tan grave que espero que no sea repetible. Durante la conversación con el pódcast En la Sabana, Almeida defiende que “no se puede considerar el sexo como una obligación. Ni en el matrimonio, ni en la calle, ni en nada, no se puede comprar tampoco el sexo". La abogada feminista deja clara, una vez más, su postura contraria a la prostitución. "Es una reflexión que hay que hacer para todos y para todas. Y nos sirve de ejemplo precisamente ante algunas situaciones tan graves, tan terribles", concluye. Antes de colgar, Cristina Almeida deja saber que sigue peleona. "Yo ya estoy fuerte para seguir adelante por los 90". Los 80 los cumplí en el hospital, los 90, en la calle, con la mente muy clara". En el episodio de hoy entrevistamos a Benoît Pellistrandi, historiador e hispanista francés y miembro de la Real Academia de Historia. "La sociedad francesa se ha apasionado por entender lo que ha ocurrido, la víctima ha asumido el papel con dignidad y valentía", señala. "Este juicio quizá nos deprima un poco, pero nos da una lección de coraje que nos puede aleccionar".